Martes 4 de Octubre.
Anoche soñé que tenía un bebé en brazos, chiquito y hermoso. Lo acomodaba cerca de mi pecho. "Qué no duela..." pensaba.
Solito se prendió de mi y comenzó a alimentarse. Su carita plácida y contenta, qué paz que me daba, que alegría inmensa. No dolía, y nada era más hermoso que su rostro chiquito y blando. Nada más me importaba que ese instante.
Me desperté enseguida, feliz, llena de esa sensación. Clau me dijo "es un sueño nutricio".
Y a la tarde, en el bondi, entendí: ese bebé, soy yo.
Y a la tarde, en el bondi, entendí: ese bebé, soy yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario