La verdadera historia de “San Valentín”

Investigación de La Gaviota Flashera 
para Fuuck! Feria Fotográfica Erótica - Edición San Valentín.
(Para saber más del evento del 25 de Febrero visitá www.fuuckferiafotograficaerotica.blogspot.com ;)


Allá por el siglo III en Roma, vivió Valentín de Terni, aka San Valentín. 

Procedente de una familia de santos que, a voluntad o de mera casualidad, se copaban en crear celebraciones y fechas especiales en el calendario. 

Sus antecesores fueron los responsables de organizar el primer Halloween (All Hallows' Eve que traducido es “víspera de todos los espíritus”). Una gran reunión familiar con los ancestros. Encontrarse otra vez a comer un asado y tomarse unos vinitos todos juntos. 

Su sobrino nieto San Nicolás habría de inventar la Navidad. Años después le encontró la veta comercial y se entongó con Coca-Cola cambiando los colores de su vestuario a rojo y blanco. Le nefregó (*) el descontento de sus parientes por arruinar la reputación familiar de tipos copados, y hoy en día sigue disfrutando de vida engordante y popularidad. 


Volviendo a Valentín. 

El tipo era cura, y para esa época se habían prohibido los casamientos a los jóvenes porque el emperador de turno prefería que los hombres fueran a la guerra. (Garca!) 

Valentín no estaba de acuerdo con esto. 

A diferencia de San Nicolás, San Valentín era de contextura delgada, alto y muy ágil, cualidades que le permitían escapar cuando lo pescaban in fraganti casando a los purretes que vaya uno a saber porqué les urgía contraer matrimonio. 

Sus muchos casorios y escapes exitosos extendieron su fama de héroe local del Amor.
El emperador estaba que trinaba. 

A pesar de ser un gran fan del Amor, no se le conoció oficialmente pareja alguna ni antes ni después de tomar los votos. Algunos aseguraban que mantenía relaciones secretas con un angelito con arco y flecha, llamado Cupido. 

Aparentemente, los rumores habrían crecido hasta llegar a los medios. A la salida de una panadería un periodista cachó a San Valentín quien declaró que aquel era “un vínculo netamente laboral” ya que en sus épocas de poco laburo, Cupido se encargaba de flechear (**) a los jóvenes para que se enamoraran. 

Y ahí se destapó la olla. ¿Cuántos jóvenes se casaban por amor verdadero y cuántos por las flechitas intoxicadas de Cupido? 

El tremendo escándalo fue la excusa perfecta para que el emperador de turno finalmente ordenara que lo martirizaran y ejecutaran el 14 de Febrero. 

Simultáneamente, estudios médicos de la época revelaron el origen de la creencia en Cupido: habría sido un delirio colectivo causado por un exceso de ver pájaros copulando, dado que febrero es el mes de mayor actividad sexual de ciertas aves en Roma. 

Casamientos anulados, el “tóxico” de las flechas de Cupido cedía, las parejas se veían realmente y decidían si seguir juntos. Algunos lo hicieron chochísimos, otros no. 


Y esta es la historia posta de esta festividad: un cura, un delirio colectivo y un grupo de personas que decidió festejar la conciencia del AMOR, y lo más importante, de la LIBERTAD.

CURA + DELIRIO COLECTIVO
=
AMOR y LIBERTAD


Asteriscos: 

*NEFREGÓ - NEFREAR 
1. No darle la más mínima importancia a algo. 
2. Expresión derivada del italiano “non me ne frega niente” que significa “me importa un bledo” (fregare: frotar). 

**FLECHEAR 
1. Voz propia de FLECHAR. 
2. Acción de lanzar flechas. No confundir con FLESHEAR, que es la extraña destreza de combinar FLECHEAR y FLASHEAR (acción de tener un flash) que consiste en lanzar siempre flechas que aseguran un flash simultáneo, total y consciente con principio (que ya comienza a desvanecerse en el todo) y continuidad eterna y circular.

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